lunes, 15 de octubre de 2012

La Trotona


La Trotona

Nadie sabe en realidad
quien se esconde tras el traje del prestigio.
Un hombre de corazón
desvinculado a la razón de su ejercicio.
En Pontevedra no hay rival,
a los veinte hacían cola para entrar en tu alcoba.
En el trabajo no hay perdón
con alguien de tu condición, y te la sopla.

Pero tu carrera fue a mejor y triunfó,
te viste en situación de o tu futuro o yo,
y no dudaste qué hacer.
Y yo, un pobre muchacho al que enviaste a Nueva York,
“mi osito es un héroe, sé que lo hiciste por mí”,
es lo que quiero creer.
Y en la otra orilla llora mi país…

Acuérdate de lo que fuimos una vez
cuando nos vestíamos de mujer.
Sigo aquí esperando a que de una vez
acaben ya tus días de poder.

Todo era como un sueño,
playa, arena, mar y cielo, con gaviotas.
Pero el jefe un día dijo:
“hazlo por la patria, hijo, ten pelotas!”.
Y se fueron a La Toja,
ella cogió las riendas de mis abrazos,
aceptando una mentira y guardando apariencias
por un puñado de palacios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario